VI DE GLASS

Vi de Glass, elegancia y equilibrio

La gama de Vi de Glass, que cuenta con vinos de tres variedades diferentes – gewürztraminer, riesling y xarel·lo -, destaca por su equilibrio entre dulzor y frescura, que hacen de estos vinos unos dulces muy especiales. Para su elaboración han hecho falta años de investigación en busca de un vino capaz de mostrar la riqueza de los vinos dulces de hielo. Haciendo uso de la más vanguardista tecnología, Vi de Glass se elabora mediante la congelación de las uvas en su momento óptimo de maduración. Tras una fermentación lenta y natural, el resultado es un vino afrutado y muy concentrado, dulce y refrescante al mismo tiempo.

Los Vi de Glass son vinos ideales para acompañar momentos de tertúlia y sobremesa. Sorprenden como aperitivo y maridan especialmente bien con los platos de base frutal. Además, su acidez le permite otras posibilidades como los foies y los quesos de pasta blanda.

Variedades
Gewürztraminer, riesling, xarel·lo.

Vol.
9,5%

Gewürztraminer

Expresivo, con aromas a frutos exóticos como los lichis y el mango, y un delicado toque floral. De entrada amable i persistente, destaca por su final refrescante que equilibra su dulzor natural.

Riesling

De aromas frutales muy expresivos, como la piel de mandarina y naranja y el melocotón. Miel y flores blancas con unos toques balsámicos – tomillo, menta – que cierran el conjunto. Amable, equilibrado y placentero.

Xarel·lo

Este vino dulce ofrece notas florales, recuerdos cítricos – lima, piel de pomelo –, frutas exóticas – piña y mango maduros -, uva de mesa, melocotón de viña –, y miel de acacia. Es amable, untuoso y glicérico, con un final de sostenida acidez que aporta viveza y frescura.

Frisant de Gel

Afrutado y fresco, Frisant es una simpática propuesta de vino dulce de frío que sorprende con un toque refrescante de carbónico. 100% gewürztraminer, se elabora en base a una premisa: la extracción de la esencia, que representa la parte más noble de la variedad. Para ello se realiza la técnica de congelación con la que se consiguen los vinos de frío. Una vez se ha obtenido el vino, y con el fin de lograr el resultado frizzante, se realiza una segunda fermentación de una parte de sus azúcares.

Su burbuja fina e integrada y ese toque dulce a la vez que refrescante hacen que Frisant pueda disfrutarse en muchos momentos del día. Es un gran aliado como aperitivo, para abrir el apetito, y también a media tarde. Gracias a su dulzor natural marida muy bien con postres, tanto con quesos como con platos de base frutal.